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viernes, julio 29, 2011

EL CUENTO DEL CENTAURO

Crono, que estaba casado con Rea, se enamoró de Filira. Sin embargo ella lo rechazó y para escapar de su acoso se transformó en yegua. Cuando Crono se enteró, se convirtió a su vez en caballo y consiguió su objetivo; de este amor forzado nació Quirón, centauro inteligente, sabio y de buen carácter, a diferencia de la mayoría de los de su clase.

Quirón fue el educador de Asclepio y su fama de médico sabio corrió por toda Grecia, en esto se debe haber inspirado Swift, para imaginar en el tercer viaje el encuentro de Gulliver con un caballo y advierte que si bien animales - en su lenguaje Houynhnm, que quiere decir de naturaleza perfecta - son los gobernantes y las deformes criaturas llamadas Yahoos, son seres humanos salvajes. Gulliver se convierte en miembro de la compañía de los caballos y llega tanto a emular como a admirar a los Houyhnhnms y su estilo de vida, rechazando a los humanos como seres dotados de una apariencia de razón que sólo utilizan para exacerbar los vicios que la Naturaleza les dio.

Sin embargo, una asamblea de los Houyhnhnms resuelve que Gulliver, un yahoo con algo de razón, es un peligro para su civilización y es expulsado.

Parece ser que no sólo los griegos fueron testigos de los centauros, por cuanto aquí en la cercanía, en Valle Hermoso, si bien no me fue revelado las condiciones de la madre ni del padre,  tal me relata mi asesor literario,  también nació un centauro que mitad humano y mitad caballo no sabía si habitar en vivienda o en potrero.

Ya no estaban entre lo vivos  ni el Potro Blanco, ni el negro Videla, ni Jorge Botachi, hombres sabios de Valle Hermoso capaces de orientar al bruto, ya faltaban además  el Dr Medina y el Dr. Calvo como para que le receten el régimen alimenticio, por cuanto no sabía  si comer pasta con pesto o solo pasto.

Por tanto destemplado y sin alimento se debilitó hasta quedar al borde la muerte,  y como no se sabía si llamar al médico o al veterinario,  sin extremaunción murió.

Con la muerte se inicia un nuevo desconcierto, si debiera ser sepultado en campo santo o campo abierto, si con mortaja o en pelo, si convocar a las plañideras o a las amazonas, si sobre la tumba debiera colocarse una cruz o una herradura, ninguna alternativa ha sido resuelta hasta la fecha, por tanto este cuento permanece sin final por el momento.

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