Quien aspira a la excelencia, no puede sentirse socialista, porque la excelencia presupone diferentes estadios para las personas conforme a cualidades y sacrificio.
Ello no invalida la aspiración de que el común de la humanidad logre el nivel de subsistencia básico para la vida, en cuanto esté al alcance de la sociedad otorgarlo, cosa imposible cuando sea necesario reñir con la diosa fortuna que ha decidido otro destino.
Asomado a la prensa, hizo su aparición en estos días, un anciano argentino, radicado en el extranjero, ilustrado como el que mas, que desde hace mucho tiempo produce opiniones críticas sobre ciencia y política a partir de su propia visión de la realidad.
Siempre estoy atento a sus dichos, con la peregrina esperanza de encontrar algún contenido de valor, mas allá de lo obvio, que merezca ser recordado, pero fiel a su estilo, nada.
Presumidos informados carentes de sentido común e ignorantes presumidos de informados se igualan, ambos son necios.
El primero pretende dar clase a todas las personas, orbi et urbi y especialmente a los hombres de estado.
El segundo, con alcance mas limitado enseñar en el limitado medio de su ámbito.
Ambos pertenecen a la misma especie de faisánidos, uno es un pavo real y el otro pavo también, pero doméstico.
Hay una tercer faisánido, que es el pavito, que me alcanza por escribir este post.
domingo, octubre 12, 2014
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