Cuando se han acumulado cierta cantidad de años sobre el lomo, y se ha tenido la oportunidad de transitar diferentes medios, siempre respetables, permite clasificar a las personas por sus talentos.
Hay un primer escalón el de las personas instruidas sin alcanzar el nivel profesional, que se destacan por una indeterminada inseguridad, así como otros con nivel profesional con exceso de seguridad tal los ingenieros en general, que sostienen sin ingeniería la ciencia es filosofía.
Los profesionales del arte de curar se van transformando en personas inseguras, consecuencia de las diferentes respuestas de sus pacientes a sus tratamientos que resucitan cuando se tienen que morir y mueren cuando debieran vivir.
El exceso de lógica descoloca y oprime a los científicos ante la realidad que siempre se encuentra mezclada por imponderables y mágicas intervenciones de los demiurgos a los que nunca ven, parte de un complejo donde todo es vida y nada mecánico como habitualmente describen.
Los peores son lo abogados, como es el autor de esta nota, que se convierten en soberbios y mala gente y las psicólogas que generalmente padecen una disrupción mental cercana a la locura, tal tenemos a la vista en un ventilado hecho público de alcance mundial.
Los mejores son los periodistas quienes cuando se les encarga una nota preguntan si deben hablar a favor o en contra, cuando lo hacen ajustados a lo ordenado mediante su interpretación de la realidad nunca dejan de hacer trascender en forma indirecta lo auténtico antes por error que por intención.
La profesión mas perfecta es la de los peluqueros de hombres, que sin mucho leer lo saben todo hasta pueden comprender el infinito, ordenar el mundo cuántico y adelantarse al futuro, cuyo beneficio he perdido desde que mi esposa me corta el pelo.
Las muchas otras profesiones, en beneficio del espacio de estas nota, que ya se ha hecho demasiado extensa, la reservo para otra oportunidad cuando se normalice la temperatura que hoy nos azota con 36 grados centígrados un día después del inicio de la primavera, tras de un largo invierno mucho mas frío de lo que nos tenía acostumbrado.
sábado, septiembre 22, 2018
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