Ingresé a la universidad a la edad de diez años, obtuve el título de grado a los diez y ocho, cuando me trasladé a la ciudad de Córdoba, a la otra universidad.
En efecto, niño aún asistía al club Atletico La Falda, jugaba al Basket, tenis de mesa, asistía a los boxeadores en sus entrenamientos, fisgoneaba los partidos de bochas, billar y cartas. Durante el juego se pone de manifiesto la verdadera personalidad.
No todos los asistentes jugaban, era el encuentro a horas de la siesta, el riguroso café post almuerzo, intercambio de opiniones, algo de política municipal y del resto, últimos novedades del pueblo, permitían a este niño, que pasaba casi desapercibido, contemplar las mas variadas personalidades, escuchar razonamientos, por supuestos también muchas tonterías, pero que en el conjunto hacía un mix delicioso, por supuesto valorado recién muchos años después.
Eran los últimos tiempos de lo clubes, lo alcanzó el decaimiento de la evolución, nuevos socios de otros estamentos sociales espantaron los hombres mas cultos y valiosos, el ciclo se había cumplido, lo pude gozar en el final, para mi formación fue irreemplazable.
sábado, marzo 12, 2011
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