Los tiempos de Fígaro pasaron, dentistas, barberos y peluqueros, generalmente con vocación artística, terminaron siendo exclusivamente peluqueros, hasta que hoy en tiempo de largas pelambres hasta en los mas distinguidos representantes del establismen quienes exhiben orgullosos su peluda pelusa a flor de cuello, han caído casi en el olvido.
Otros los tiempos, cuando la reunión obligada era cada quince días para sacar la pelusa y a los treinta el riguroso corte, oportunidad en que el amigo reseñaba la información semanal, comentaba sobre los números salidos en la quiniela, cuya oficina administraba eficientemente, y para los entendidos hacía de vocero de los dioses.
Toda la clase dirigente de mi pueblo se cortaba el pelo con "Jopito", Juan mi amigo me dijo, "hablaba", en referencia a la capacidad de sibila que el locuaz profesional ofrecía como complemento del servicio.
Pareciera que la facultad fuera de orden universal, tal el nombre del prestigioso diario francés, que toma el nombre Fígaro, en alusión a la aptitud típica de los diarios de adelantarse a los hechos.
"Tomatillo", peluquero parlachín de la ciudad de Córdoba, con sostenida incontinencia verbal, se había traslado a trabajar a la ciudad de Nueva York, ante la dificultad de aprender el ingles y limitado por tanto en su necesaria locuacidad, decidió el retorno definitivo e irrevocable al país.
Claro no todos querían un adelanto del destino, el Presidente Sarmiento de la Argentina ante la pregunta,como le corto señor, le contestó, calladito, que la crónica señala repitió un siglo después el presidente Perón.
Otra cosa son las peluquerías de mujeres, en auge y ascenso, cuyo análisis exige mucho mas que la pocas lineas superiores, dejo el tratamiento a personas mas entendidas que tengan la capacidad para bucear sobre las consecuencias que los influyentes consejos del peluquero generan en las clientas y sus familias.
sábado, octubre 29, 2011
sábado, octubre 22, 2011
TIEMPO DE LA QUINIELA CLANDESTINA
Hoy, oficializada por el estado, los quinieleros ocupan posiciones como funcionarios municipales, otros tiempos eran aquellos en los que los esforzados memoriosos trabajadores del juego debían fatigar las calles recogiendo las jugadas sin anotaciones y cuyos premios abonaban rigurosamente a los apostadores que acertaban .
Mi amigo Gabriel me comento que en cierta oportunidad cuando estaba trabajando durante sus vacaciones de estudiante universitario en los meses de verano como gambucero en uno de los hoteles de mi ciudad, uno de los viajeros le preguntó si había alguien con quien realizar una jugada de quiniela, preguntó en la cocina y para su sorpresa todos desde el jefe de cocina hasta el último ayudante presurosos manifestaron su interés por tomar la apuesta.
Claro se reservaban el veinte por ciento del monto y trasladaban la jugada al "mosca" que era el banquero oficial clandestino, al que acudían todos los interesados, incluido mi vecino, que realizaba una o dos jugadas por semana, hasta que perdí contacto visual cuando fue designado juez de paz del pueblo.
Por supuesto no deje de ver al mosca, que transitaba religiosamente el circuito cotidiano, hasta sus últimos días.
"O tempore o mores", lo único permanente es el cambio sostenía Heráclito y es cierto pero que nostalgia me trae haber perdido instituciones como la relacionada, para mi que nunca hice una apuesta de este tipo y que detesto.
Mi amigo Gabriel me comento que en cierta oportunidad cuando estaba trabajando durante sus vacaciones de estudiante universitario en los meses de verano como gambucero en uno de los hoteles de mi ciudad, uno de los viajeros le preguntó si había alguien con quien realizar una jugada de quiniela, preguntó en la cocina y para su sorpresa todos desde el jefe de cocina hasta el último ayudante presurosos manifestaron su interés por tomar la apuesta.
Claro se reservaban el veinte por ciento del monto y trasladaban la jugada al "mosca" que era el banquero oficial clandestino, al que acudían todos los interesados, incluido mi vecino, que realizaba una o dos jugadas por semana, hasta que perdí contacto visual cuando fue designado juez de paz del pueblo.
Por supuesto no deje de ver al mosca, que transitaba religiosamente el circuito cotidiano, hasta sus últimos días.
"O tempore o mores", lo único permanente es el cambio sostenía Heráclito y es cierto pero que nostalgia me trae haber perdido instituciones como la relacionada, para mi que nunca hice una apuesta de este tipo y que detesto.
viernes, octubre 14, 2011
HISTORIA DE LOS CONDÓMINOS DEL CAMPO
En la Argentina, fundada a partir de las estancias, ser poseedor de un campo era equivalente a un título de nobleza.
Borges decía que a los argentinos no nos une el amor sino el espanto, a los héroes de esta historia nos los unía el amor, ni el espanto, sino el campo.
Uno de ellos había contactado a una señora que exhibía títulos de ser poseedora de un campo de 60.000 hectáreas, en la provincia de La Rioja, del que se quería desprender.
Cual de los tres futuros socios llevó el negocio a los otros dos no lo se, lo cierto es que entre ellos no había nada en común, pero la el negocio era ventajoso por lo que hicieron la operación de compraventa.
Partieron con el título habilitante a recorrer el fundo del que eran propietarios y se encontraron con el primer inconveniente de que una parte, no menor donde se encontraba el casco estaba habitada por varias familias, cada una con sus viviendas.
La posesión que no trasmitió la vendedora, sino sólo el título no fue suficiente.
Otros propietarios colindantes se habían extendido tomando posesión de grandes extensiones, contra los cuales inician juicio que pierden en la provincia de La Rioja, que le otorga derecho al poseedor y no a quienes exhiben título.
En la ciudad de Rosario se inicia un juicio de reivindicación, del que toman conocimiento por casualidad y al que debieron acudir presurosos, obtienen en este caso fallo a favor en el que se les reconoce propietarios genuinos.
Por supuesto pagaron rigurosamente su impuesto por cuarenta años, con la peregrina esperanza de llegar a ser poseedores, que nunca lograron.
La historia del campo era de conocimiento público en mi pueblo, cada uno se encargaba de proclamar DIARIAMENTE, y no exagero, ser poseedor de un campo de 60.000 hectáreas en la provincia de La Rioja, nunca de 20.000 que era su tercera parte.
Todos murieron, estimo que sus últimas palabras fueron tengo un campo de 60.000 hectáreas, lo que habían comprado fue el derecho a poder repetirlo hasta el cansancio.
Borges decía que a los argentinos no nos une el amor sino el espanto, a los héroes de esta historia nos los unía el amor, ni el espanto, sino el campo.
Uno de ellos había contactado a una señora que exhibía títulos de ser poseedora de un campo de 60.000 hectáreas, en la provincia de La Rioja, del que se quería desprender.
Cual de los tres futuros socios llevó el negocio a los otros dos no lo se, lo cierto es que entre ellos no había nada en común, pero la el negocio era ventajoso por lo que hicieron la operación de compraventa.
Partieron con el título habilitante a recorrer el fundo del que eran propietarios y se encontraron con el primer inconveniente de que una parte, no menor donde se encontraba el casco estaba habitada por varias familias, cada una con sus viviendas.
La posesión que no trasmitió la vendedora, sino sólo el título no fue suficiente.
Otros propietarios colindantes se habían extendido tomando posesión de grandes extensiones, contra los cuales inician juicio que pierden en la provincia de La Rioja, que le otorga derecho al poseedor y no a quienes exhiben título.
En la ciudad de Rosario se inicia un juicio de reivindicación, del que toman conocimiento por casualidad y al que debieron acudir presurosos, obtienen en este caso fallo a favor en el que se les reconoce propietarios genuinos.
Por supuesto pagaron rigurosamente su impuesto por cuarenta años, con la peregrina esperanza de llegar a ser poseedores, que nunca lograron.
La historia del campo era de conocimiento público en mi pueblo, cada uno se encargaba de proclamar DIARIAMENTE, y no exagero, ser poseedor de un campo de 60.000 hectáreas en la provincia de La Rioja, nunca de 20.000 que era su tercera parte.
Todos murieron, estimo que sus últimas palabras fueron tengo un campo de 60.000 hectáreas, lo que habían comprado fue el derecho a poder repetirlo hasta el cansancio.
domingo, octubre 09, 2011
HISTORIA DEL VASCO DESAPARECIDO
La historia del Jetón, me trajo el recuerdo de otra historia, de la cercanía, mas o menos por las misma fecha y con el mismo nombre que el de la mujer del gallego.
Después de varios años de novios con un hijo de Vasco, aclaro que en la argentina a lo vascos, cuyos descendientes son mas numerosos que en en el país Vasco, gozan de alta reputación de fortaleza, no se los llama gallegos reservado para todos los demás españoles, sino simplemente vascos.
En este caso era un vasco Ligth, que fijada la fecha de casamiento, acuso susto y arrepentimiento y comunicó a la novia que no quería casarse, cuando ya estaban cursadas las invitaciones, compradas las flores, traje de novia y demás enseres propios de niña de reconocida escala social.
Se movilizó todo el pueblo, conocidos y de los otros de tal forma que logran quebrar la voluntad del novio que desanda su decisión y finalmente contrae enlace como es de rigor en sábado a la noche.
El domingo por la mañana desaparece en solitario del pueblo, nunca mas se supo del vasco.
Después de varios años de novios con un hijo de Vasco, aclaro que en la argentina a lo vascos, cuyos descendientes son mas numerosos que en en el país Vasco, gozan de alta reputación de fortaleza, no se los llama gallegos reservado para todos los demás españoles, sino simplemente vascos.
En este caso era un vasco Ligth, que fijada la fecha de casamiento, acuso susto y arrepentimiento y comunicó a la novia que no quería casarse, cuando ya estaban cursadas las invitaciones, compradas las flores, traje de novia y demás enseres propios de niña de reconocida escala social.
Se movilizó todo el pueblo, conocidos y de los otros de tal forma que logran quebrar la voluntad del novio que desanda su decisión y finalmente contrae enlace como es de rigor en sábado a la noche.
El domingo por la mañana desaparece en solitario del pueblo, nunca mas se supo del vasco.
martes, octubre 04, 2011
LA HISTORIA DEL JETON
He tenido la oportunidad de conocer dos jetones (que son aquellos que tienen la virtud de tener la jeta grande), el Jetón L.... que era un abogado amigo personal, hábil jugador de rugby, y el jetón S..., amante de la señora del gallego F...
Entre lo argentinos tenemos dos tratamientos distintos para los españoles, cuando decimos el gallego nos estamos refiriendo simplemente al español, el equivalente de sudaca para los españoles es gallego de ....
Por tanto en este caso el gallego era una persona, alegre, trabajadora, que no reconocía imputación alguna como ciudadano respetable de este pueblo, lo que ocurría era que su esposa mantenía una relación pública y condenada por la totalidad del pueblo con el Jetón S...
Lo mas grave que ambos coincidían todas las tardes en el Club La Falda, el gallego siempre alegre jugando su partida de Casín -pertenecía a la tercera categoría, que era la última- y alegre festejaba sus desaciertos, otorgándole al juego el sabor delicioso del error permanente.
En el otro extremo el Jetón, tahúr malicioso, solterón empedernido, jugaba a las cartas mientras el elenco estable de club contemplaba a uno y otro con la malicia típica de los hombres de pueblo.
Un día el maleficio se rompió, porque el Jetón abandonó a la amante, quien exhibía en la puerta de su comercio la expresión típica de la despechada, cara de sepulcro, muerta en vida.
La soledad alcanzó también al Jetón, porque tampoco se le conoció pareja en los próximos cuarenta años, como si la relación le hubiese disecado los recursos.
El gallego partió a mejor vida, al mas allá y ella que no pudo soportar la soledad marcho al destierro.
Entre lo argentinos tenemos dos tratamientos distintos para los españoles, cuando decimos el gallego nos estamos refiriendo simplemente al español, el equivalente de sudaca para los españoles es gallego de ....
Por tanto en este caso el gallego era una persona, alegre, trabajadora, que no reconocía imputación alguna como ciudadano respetable de este pueblo, lo que ocurría era que su esposa mantenía una relación pública y condenada por la totalidad del pueblo con el Jetón S...
Lo mas grave que ambos coincidían todas las tardes en el Club La Falda, el gallego siempre alegre jugando su partida de Casín -pertenecía a la tercera categoría, que era la última- y alegre festejaba sus desaciertos, otorgándole al juego el sabor delicioso del error permanente.
En el otro extremo el Jetón, tahúr malicioso, solterón empedernido, jugaba a las cartas mientras el elenco estable de club contemplaba a uno y otro con la malicia típica de los hombres de pueblo.
Un día el maleficio se rompió, porque el Jetón abandonó a la amante, quien exhibía en la puerta de su comercio la expresión típica de la despechada, cara de sepulcro, muerta en vida.
La soledad alcanzó también al Jetón, porque tampoco se le conoció pareja en los próximos cuarenta años, como si la relación le hubiese disecado los recursos.
El gallego partió a mejor vida, al mas allá y ella que no pudo soportar la soledad marcho al destierro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)