La exhibición de un colega que se lo presenta como prócer, al que le falta mucho como abogado y todo como persona, con extraordinario porte de destapador de cloacas, es el responsable que me inspira la redacción de esta nota.
Ciertamente estamos frente a unos de los fenómenos mas grandiosos de la actualidad, de las personas se sabe todo, o al menos casi todo, hasta de los muertos que tienen escondidos en sus roperos.
De los tiempos de abogado sindical, guardo como recuerdo una frase que me dijo un dirigente respecto a un delegado gremial elegido por los trabajadores en una fábrica, “esperemos verlo caminar para ver la renguera”.
Tal lo que a diario presenciamos con los restringidos medios televisivos, ya no es suficiente el color para ocultarse, aunque de piel oscura luces y sombras se hacen elocuentes, el más mínimo requiebro es de conocimiento público y mucho mas cuando tienen exposición pública suficiente como para exhibir la mediocridad de su talante.
Quien no puede lucir distinción, sin embargo puede apreciar al que no la tiene, con lo que construye ese sentimiento de desprecio, que se acrecienta a partir de la platea en primera fila que tienen frente al televisor algunos, frente al ordenador otros, o en los teléfonos móviles todos.
Cree alguien posible se pueda construir una sociedad a partir de la virtud, que se pueda rescatar a los niños de la promiscuidad, no estoy muy seguro, a partir de un empleado de la construcción con quien departí varios años de trabajo.
sábado, abril 06, 2013
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