VEJESTORIO AL PODER

En el fin de semana movido al que arribamos, no sé si ocuparme del Inmaduro con destino a plazo o de la gerontocracia de Italia, un presidente de 87 años reelecto y un papa de 76, mientras que en argentina proveedor de materia gris y deportistas en todo el mundo, trata de sobrellevar las inundaciones en tres de las principales ciudades del país.

Acaso el diluvio anunciado y en camino de ejecución, que podemos observar en diferentes ciudades del orbe, tenga reservado un NOE que en el momento menos pensado asome en el lugar menos esperado, para hacerse cargo del reacondicionamiento del acuoso mundo globalizado.

Pienso en mi ex amigo Eduardo Noe Estevez, que acaso tenga un plan oculto, de resolución mundial, a partir de sus conocimientos profundos del Martín Fierro, y toda la obra vernácula a la que puede acceder un puntano de larga prosapia.

No veo en conocidos cercanos y mucho menos distantes a partir de los jefes de estado y/o su amanuenses asome alguno con condiciones para emprender tan delicada tarea, que a la vista de lo necesario cuente con al menos una edad de  dos elevado a la sexta años como para ser representativos del vejestorio creciente orbi et urbi.

Entre los viejos que resisten a la parca, acaso exista alguno que con aspecto relajado y brillo de inteligencia que la senectud confiere a algunos hombres, monte su picazo, aderece entuertos y si fuera posible se ocupe de reinstalar  educación y conocimientos entre los mortales, los otros lo traen incorporado.

Como se extrañan otros tiempos, cuando se podía acceder al poder mucho mas jóven, como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germanico a los 20 años, mientras hoy  no cabe duda, estamos encaminados al vejestorio.