LAS CIUDADES Y SU ATMÓSFERA

Hace años, cuando programaba visitar Europa, lo planeaba a partir de las principales capitales, Londres, Paris, Madrid, Roma, Berlín, salvo Roma soy deudor del resto.

En la elección de las ciudades visitadas en mi último viaje procure llegar a aquellas que habían alojado a determinadas personalidades que trascendieron en el ámbito internacional y otras que ellas mismas, las ciudades constituyen hitos de referencia mundial.

Entre las primeras, Ulm por Einstein, Bonn por Adenauer, Gante por Carlos V, Aachen por Carlos Magno, Innsbruck, Linz, Viena, Graz, por cada uno de los Habsburgo que estuvieron vinculados con las mismas. Entre las segundas, Bruselas, que me resulto menos impactante que lo esperado, Amberes, mucho más impactante que lo esperado, será acaso que el pulido de diamantes, deja flotando en el aire material para sus demones que hace acogedor al visitantes, La Haya alejada de los Países Bajos para extenderse a lo alto con típica construcción de torres, Brujas, que no se si creo en ellas pero que las hay, las hay.

La sorpresa la constituyeron Núremberg, por su grandiosa arquitectura y Colonia, por la invasión de visitantes, poco de romana y mucho de cristiana ofrecía esta última a partir de su monumental catedral, que me fue imposible visitar por falta de tiempo, como todas la demás de las otras ciudades.

Un sacrificado príncipe de larga espera, decía que visitar una ciudad permitía conocer su atmósfera, por su parte, un albañil que colabora con nosotros en algunas construcciones, me decía que cada ciudad tiene su diablo, yo diría cada ciudad tiene en su atmósferas diablos y demonios estos últimos, tal como lo decían los antiguos griegos, referidos a los seres espirituales sin características malévolas.

Por eso,  al visitar una ciudad, dejamos como una foto, de parte nuestra, y traemos algo de su atmósfera, que al recordarla permite resucitar una sensación que se identifica con lo recogido en el medio.Es menester señalar, que en muchas de esa ciudades la gente al pasar me saludaba como si me conociera.