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domingo, septiembre 01, 2013

LOS PROVIDENTES


Timeo: "Pero, oh Sócrates, todos aquellos que tan siquiera participan del menor grado de templanza, invocan siempre a la divinidad en el impulso hacia cualquier empresa, ya sea ésta pequeña o grande."

“Hablaron así las hijas veraces del gran Zeus, y me dieron como báculo pastoril una rama de verde laurel admirable de coger; y me inspiraron una voz divina, con objeto de que pudiese yo decir las cosas pasadas y futuras; y me ordenaron que cantase a la raza de los dichosos Inmortales y a ellas mismas, que cantara siempre desde el principio hasta el fin.” Teogonía. HESÍODO

Cantaron entonces los griegos a sus dioses, toca a nosotros ahora, desvelar los nuestros, tal tenemos abandonados, y desenterrarlos de su oculta existencia, mediante un párrafo recordatorio sobre su decisoria presencia en nuestros triunfos y penas.

Teogonía entonces, Teodicea luego, Providencia ahora, tarea azarosa descubrir la morada de los sempiternos, para escalar en sus altas órdenes, o descender a sus templos del profundo averno, o introducirse en los sólidos muros de las duras rocas, o en las dilatadas aguas de la mar, celestes, transparentes, pomposos o helados arriba, cálidos y ardientes abajo, inmóviles y rígidos los litósferos, todos con facultades propias, limitaciones y fobias, que toca descubrir a partir de lo visto, heroico o fatuo, que tienen el límite en el hado.

Endémicos o procedentes de la periferia, transeúntes también, cada cual comanda sus representados en el grandioso zoológico terreno.

Transparentes claros u oscuros, aromáticos algunos, sonoros otros, como conocedores del devenir de los mundos tienen la misión de ordenar los acontecimientos para preparar a los perecederos para el ambiente futuro, leen el pensamiento y aportan indoloros conocimientos.

Continuará:

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