Los días de playa con poco Internet y un vendedor de libros ubicado en la rambla hizo que leyera La Caída de Albert Camus, Los Dolores del Mundo de Arthur Schopenhauer, La Gran Aldea de Lucio Vicente Lopez y el Arte de la Guerra de Sun Tzu, literariamente fue sin dudas un mes ganado.
Pero también las clásicas caminatas por la rambla
La visita a los hoteles de Chapatmalal, donde cincuenta años atrás nos hospedamos en el viaje de estudio, ahora casi derruidos.
No es Estados Unidos, sino la iglesia del complejo
El monolito de excelente factura dentro del predio de Chapatmalal. No pude conocer que representa porque falta la placa de la base, si consta el año de su emplazamiento, l950 centenario de la muerte del general San Martín.
El último día, previo al regreso cafecito con vista al mar y la ciudad
Créase o no, al regreso el Micro se quedo sin gasoil a mitad del viaje en Venado Tuerto, por cuatro horas, que fue el tiempo que duro la recarga y la operación de purgado de la bomba, que poco diestros mecánicos recién lo lograron después de varias llamadas a diferentes sitios para que le indicaran el mecanismo.
El ruido, lo aportaron las celebraciones de navidad y año nuevo, primero con las explosiones hasta las tres de la madrugada y luego las procesiones, bocinas y gritos de los transeúntes en la zona de del Torreón del Monje, esas dos noches, dormir, nada.
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