EL MURO

Desde que nací tengo muros que sobrepasar, después de adquirir las habilidades para desempeñarme con  independencia de mis mayores, vino el tiempo de la educación, primera parte, período para llegar a conocer cuanto no conozco, donde el gran público se queda para el resto de la vida, no sin predicar sobre lo que se debe hacer, lo que se hace mal y lo que se hizo mal.

Allí aparece el bruto, que se alimenta de la información de algunas redes sociales, que a medio conocimiento interpreta la historia sin llegar a comprender los hechos y se permite descalificar a grandes y pequeños actores, grandes fundadores de naciones, arrogándose el saber del ignorante, porque la historia no resiste el romanticismo, los hechos son tal fueron no como quiero que hayan sido.

Otros no pueden seguir viviendo sin continuar en el camino del conocimiento, objetivo superior durante la existencia humana, primero saber y después comer, dicho como metáfora, porque poco se puede saber sin comer, la obsesión por pasar el muro de la ignorancia y llegar a las esencias constituye la ley motive de la vida.

En mi caso considero quien tanto sabe tanto vale, cuando hablo de saber no es aproximar, es tener la seguridad  de que se conoce lo que es, dentro de los limites de la porción de agua de cada uno, porque lo que falta lo conoce la mar y el resto el otro congelado ínter  planetario.

Hoy ya no hay excusa, el conocimiento esta al alcance de todos, otros eran  tiempo de estudiar a través de libros, hoy se salta con un clic de un tema a otro, en pocos minutos para tener la comprensión lata de los temas, el esfuerzo de cada uno le permitirá acercarse al meollo, ergo toda ignorancia es  supina y tóxica.

BUSCANDO EL LOTE

Escribe preocupado mi pariente desde Estados Unidos intentando descubrir quien es el caballo enlazado por la mantis religiosa, y me pregunta si  se resuelve según el modelo de Marroquí.

El modelo que denominamos marroquí consiste en pagar para conocer el final del cuento, tal como hacen los narradores  de Marraquesh, que suspenden el final hasta tanto los oyentes abonen el canon del cuento.

Ergo, no les revelé de quien se trata, sólo le indiqué el método para descubrirlo, por cuanto el personaje debe mantenerse resguardado hasta que alcance el zafarrancho,  objetivo central de su destino.

Mis parientes desprendidos de la colonia Menonita del Miosotys con destino final en Washington, tienen por misión localizar el terreno donde construir un pieza, un baño proyectado por mi abuelo y que tiene a su cargo la nieta arquitecta, asesorada por su marido de afiatada experiencia como constructor.

El terreno mas adecuado es el que abandonara Chauncey Gardiner, el ignorante jardinero que  expresadas sus opiniones simples  eran interpretadas por los terceros como reveladoras metáforas de profundo alcance político.



Si algún lector conoce cual es el terreno de Chauncey, espero no los haga conocer a la brevedad.

CABALLO ENLAZADO POR MANTIS RELIGIOSA

Mi abuelo que no tenía auto por que acusaba ser miedoso, cuando no lograba,  que alguno de sus hijos lo llevara, decía, me voy a comprar un burro rengo, mientras conservaba vitalidad suficiente como para llevar sobre sus hombros al mismísimo Platero.

Eran tiempos de turismo nacional en mi pueblo, estaban los que alquilaban burros para paseos de los niños, también caballos y sulkys, algunos con ruedas de autos, muchos con aros de metal, que Juan Palomo se encargaba de colocar.

Los alquiladores de los caballos eran los hermanos Sánchez, con parada frente a la estación del ferrocarril, donde los matungos se encargaban a aromatizar, con ese profundo perfume que  he podido recordar recientemente a mi paso por la plaza San Esteban de Viena,  ese hedor suficiente, que los abundantes baldes de agua no alcanzaban a mitigar.

Los caballos no sólo hacen popo, o pipi, también se espantan y es cuando son mas peligrosos, y ese es el caso de referencia, los brutos espantosos, que viene a cuento a partir de un caballo, que no se trata de "Caballo Loco", como denominaban a un presidente del Perú, ni a "Caballo de Pompa Fúnebre" como llamaban a un morocho grandote en el club La Falda, ni del otro, el encargado de instalar el "corralito" en la Argentina.

No hay corral suficiente para este otro Caballo,  nacido para el desastre, que no puede superar la condición de equino que lleva gravado en su código genético, es Babieca humanizado, que el mismo Cid lo montara si resucitar pudiera, que vive enlazado por la Mantis Religiosa presta a engullirlo si en tiempo llega, porque es un elegido, caballo descerebrado, elegido para el desastre.

Descubrir de quien se trata es parte de este cuento.