Cuando Justiniano termino la construcción de Santa Sofía, manifestó "Salomón te he derrotado", traigo la cita a propósito de los argentinos, que a partir del año 1880, recogieron habitantes procedentes de todo el mundo, donde tres de cada cuatro personas eran extranjeros.
Trajeron con ellos sus costumbres, que se enraizaron como propias y hoy permiten sostener que la pizza argentina es superior a la italiana, que el café esspreso que se toma en mi pueblo supera a todos los que he podido probar en Europa, salvo España en paridad, que la medialuna supera a la croisant francesa y hasta la vienesa de donde fue originaria, el castellano no diría supera al español, pero con el acento argentino cuenta con la preferencia del mundo.
Dejo como apartado, el nivel de elegancia y belleza de las modelos argentinas, que debieran ser declaradas patrimonio de la humanidad, a partir de tanta humanidad como la que muestran.
Todo argentino tiene un valor agregado, tal dicen los españoles que comprados por lo que valen y vendidos por lo que creen que valen otorgan un spread al inversionista, además son resistidos a ser empleados en el extranjero, según se teme contratados se convertirán en el jefe del contratante.
Existe en la Argentina una división entre el gobierno y sus habitantes, el argentino es un ciudadano del mundo, al margen del gobierno existente, y como tal no se deja llevar por la corriente política, no pierde su visión integradora con los habitantes allende los mares. Sin ser religiosos se permiten entronizar un Papa y si ser monárquicos una reina, sólo falta el emperador y no vaya a ser que tronando llueva
viernes, septiembre 25, 2015
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