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jueves, enero 27, 2011

DE MI LIBRO CUENTOS DE MI ABUELO

Cuento 13.- Piedras en la alforja

Volvían a sus hogares dos trabajadores emigrados, cumplido el período temporario de trabajo, uno de ellos con alforja cargada y el otro sin carga alguna.

Intercambiaban experiencias sobre las labores desarrolladas y las largas jornadas laborales, así como la composición de la familia de cada uno, amigos, conocidos y enemigos, en fin sobre todo lo que se habla en los largos trayectos de caravana.

El que no traía carga le pregunta al otro que llevaba en las alforjas. Responde que de un lado llevaba la mercadería que había comprado para el sustento familiar hasta la próxima temporada de trabajo y del otro lado piedras para compensar el peso de la carga y mantener la montura en equilibrio.

No amigo así no se hace, le dice el otro, debes sacar las piedras y repartir la mercadería.

Vaya no me había apercibido, desciende de su caballo y comienza a extraer las piedras, mientras pregunta y tu porque no traes carga alguna.

Bueno yo me gaste el dinero de mi trabajo en juergas y diversiones varias, por lo que no tuve remanente para compras, responde.

Escuchado a su interlocutor estima que no puede seguir consejo de alguien que no había tenido la sensatez suficiente para administrar sus ingresos aunque luzca en apariencia congruente, por lo que reintegra las piedras que había sacado, monta nuevamente y reinicia el camino de retorno y dice “quien no tiene carga no puede aconsejar como se debe transportarlas”

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