Me lo dijo Juan, verá cosas que nunca podra contar. Leonardo da Vinci relataba que había visto prodigios que no podía relatar y ni siquiera dibujar.
Sin embargo un conocido plomero, los plomeros son los ilustrados de los trabajadores de la construcción, me describió con reducidos detalles como se le había aparecido un ángel con blanca vestimenta que se deslizaba por el patio de su casa.
El personaje de esta historia en realidad es otro, no lo presencié, pero doy crédito a quien me lo hizo conocer.
Un pastor protestante, que ya se había retirado cierto día pidió a la comisión de la Iglesia se le permitiera hacer uso del púlpito por que había visto ciertos prodigios que quería compartir con la congregación.
Sube el púlpito, en la reunión ordinaria del domingo y alcanza a decir que había visto algo extraordinario y en el mismo momento queda mudo consecuencia de la obstrucción de la carótida. No volvió a hablar el resto de su vida.
El hecho ocurrido con anterioridad me fue recordado cuando Juan Pablo II ya mudo intentó dirigirse a la multitud en la Plaza de San Pedro.
domingo, mayo 08, 2011
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