UN GRANDE A LA INTENDENCIA
Intendente por tres años, llego para torcer la tendencia, el partido del gobierno no podía ganar en el pueblo, decididamente partidario de la oposición. para ello radicaron algunos cientos procedentes de otras provincias y se produjo el milagro.
A la intendencia llegó un grande de los grandes.
Hombre de fortaleza única, podía permanecer en una mesa de pocker por dos o tres días, por supuestos con su dinero, respetuoso de las arcas públicas, el juego era su pasión pero con dinero propio, los fines de semana a la ciudad Capital a la carrera de caballos, acompañado por la corte de burreros.
Murió, muchos años después, como sólo pueden hacerlo los grandes, frente a una mesa de casino, cuando el croupier canta Negro el Ocho, al que había jugado y tenía coronado todo lo posible que permite un número central.
martes, mayo 03, 2011
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