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sábado, julio 25, 2015

LA ESPERANZA DE UN VAGO

En general, tal entiendo, los dirigentes saben con anticipación mas o menos lo que van hacer, y en forma somera las vicisitudes con las que se van a encontrar, a quien van a beneficiar y a quienes perjudicar, y por supuesto llegan acompañados de una lista de los que los molestaron, perjudicaron y traicionaron.

Las primeras medidas siempre estarán destinados para estos últimos, por aquello de que "la venganza es el placer de los dioses", para luego ocuparse de los preferidos, generalmente otorgándole una cargo público o alguna prebenda,  luego los beneficiarios a título general con jubilación privilegiada a toda la provincia por edad  cumplida o por amistad. Recién entonces y por último gobernar sin incluir a los grupos que no fueron afines en etapas anteriores.

Por supuesto hay políticos que no sabían ni saben lo que tienen que hacer, ni entienden lo que hacen, ni se acuerdan de lo que escucharon y mucho menos de lo que dijeron, antes llevados por el odio actúan como autómatas, permitiéndose licencias de destrucción indirecta como un presidente de Francia que construyo el mayor adefesio en la principal plaza de la clase alta de París, o como otros que permiten la proliferación de construcciones marginales en medio de una ciudad modelo, así muestran por fuera lo que son por dentro.

Mientras los seres superiores son tallados por los dioses otorgándole en su cara una expresión de suprema dignidad, los ridículos, retocan sus faces para cubrir lo que natura le resta por su calidad de inferiores.

Tal tengo dicho, las sociedades se ordenan de arriba hacia abajo, por eso a mediocre arriba menos que mediocre abajo, pero siempre se vuelve y es a partir de los clásicos, no lo tengo a la vista pero creo en los milagros.


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