Estamos en Innsbruck, donde nació el emperador Federico III padre del emperador Maximiliano, recorro sus alrededores tratando de capturar la magia que generó la familia Habsburgo para gobernar el mundo y dejar establecido el sistema vigente hasta la actualidad.
El Tyrol es un lugar mágico, todo es un parque, cada uno de sus pueblos tienen algo para contar y mostrar, lo digo con cierto pudor, porque no quiero se confunda con una adulación especulativa.
Son tantas la evidencia que recojo a diario de cada uno de los pueblos que visito, que tal vez oportunamente me vea obligado volcarlo en un tratado.
Es increíble el ingenio empleado por sus habitantes para establecerse en un territorio con tantas limitaciones para el asentamiento humano, sin embargo allí están, como dirigido por una inteligencia que se encarga de compensarles las dificultades con una vocación de vivir con la naturaleza que ejercitan con su escape hacia las montañas.
martes, febrero 21, 2017
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