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domingo, marzo 25, 2012

DESACUERDO SIN GASES

Esta historia es complementaria del acuerdo con gases, es la contracara del mismo, aquel era propio del sector gremial, ahora es la del sector empresarial.

Ahora la cámara empresarial de un tipo de piezas de autopartes, durante esos días cuando el poder político estaba en manos de un partido con fuerte contenido sindical, con un alto nivel de inflación, eran los propios empresarios los que perseguían a los trabajadores para realizar reuniones casi semanales para tratar la situación salarial, no tan dispuestos de conceder incrementos salariales sino antes estar en contacto con la cara visible del poder.

En esta oportunidad, la reunión se realizaba en la sede de la Cámara del Sector reunidas las principales empresas todas representadas personalmente por sus propietarios, mientras el sector obrero lo hacía con su secretario general, un miembro adjunto y el abogado.

Entre los empresarios había dos sectores de intereses contrapuestos, los que producían para el mercado interno, a quienes le interesaban los altos salarios de forma tal de generar mayor consumo y los que producían para la exportación, necesitaban bajos salarios para logar costos competitivos.

Había además como siempre ocurre entre productores una fuerte tensión entre ellos, que había puesto de resalto el presidente de la cámara, denunciando que todavía no se habían descubierto los responsables que habían tiroteado su casa, mientras se ufanaba haber logrado entrar como proveedor de una empresa automotriz aplicando una norma denominada “compre nacional”, en virtud de la cual la terminal estaba obligada a proveerse de insumos nacionales cuando estos eran producidos en el país.

Las tratativas discurrían sin enfrentamientos en un tono amigable, casi como miembros de una misma familia, a tal punto que casi había desembocado en un principio de acuerdo, que algunos propietarios aceptaban como razonable y aplicable, cuando intempestivamente, visto el presidente de la cámara, quien no participaba de la conversación sin descuidar su atención, que desembocaba en cifras mayores a las que habían acordado previamente, abruptamente y golpeando sobre la mesa se para sobre el asiento de su silla y se sienta en el respaldo de la misma y de tal forma irrumpe sobre los contertulios, cambiando de tema y devolviendo a su séquito a la realidad de tal forma de dejar trunco lo que casi se había establecido.

Pocos minutos después termina la reunión, con besos y abrazos, sin acuerdo alguno, con un dulce sabor de parte del sector gremial que se había permitido, aunque fuera sólo parcialmente desarticular la conducción empresaria.

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