Invitados a Innsbruck, nos permitió re encontrarnos con Walter, respiramos la atmósfera de las distintas ciudades de Europa, elegidas con anticipación según nuestro particular interés, las ciudades imperiales de Roma, Praga, Viena.
Desde Innsbruck por supuesto Lichtestein y Suiza puente de por medio.
En Italia Florencia artística, Milán comercial, Verona Bizantina, en Austria Salzburgo y Viena musical, Eslovaquia en el único lugar donde nos trataron con desprecio por hablar español.
Los húngaros mas afectuosos, en Györ tomamos el mejor café de Europa, al decir de Walter,
se llamaba café argentino y era un cortado doble con trazas de caramelo líquido sobre la espuma.
Desde Praga nos dirigimos al norte e ingresamos por Dresden la Florencia de Alemania de allí a Stuttgart tierra de los antepasados maternos de Elsa, previa visita de Baden Baden cruzamos a Estrasburgo sede del parlamento europeo y de otras varias instituciones continentales, fuimos tratados exquisitamente por los franceses a pesar de que adelantamos no hablábamos francés.
Pasando por la Selva Negra nos dirigimos a Munich, entré al hotel a preguntar si conocían de la existencia del Edén de La Falda, "nein" me contestaron.
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desde Munich partía el avión de regreso, con escala en Madrid, aprovechamos la espera de la salida de Aerolineas Argentina para dirigirnos al centro a tomar un café, recalamos en el sexto piso de la tienda El Corte Inglés.
Consideración especial merece Hallstatt, corazón de la cultura de Hallstatt.
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