Es imposible que un hecho no tenga anunciación previa. El de mayor
trascendencia en la historia posiblemente sea el anuncio de la muerte de
César, para los idus de Marzo, que persona alguna desconocía en Roma,
“Llegó el día, y yendo César al Senado, saludó al adivino y como por
burla le dijo: ya han llegado los idus de marzo; a lo que le contestó
con gran reposo: han llegado sí, pero no han pasado” Vidas Paralelas.
Plutarco.
Pompeyo, con anterioridad también fue objeto
de una situación curiosa luego de la batalla de Farsalia, se anoticia
de su muerte próxima mediante la decodificación de una conversación
circunstancial mantenida durante la huída.
Suetonio
en los Doce Cesares al finalizar el capítulo con la muerte de cada
Cesar, enumera los prodigios que acontecieron anunciando las mismas.
En
fin, son innumerables los hechos que se relatan en la historia, ¿pero
hoy como se manifiestan? Por el diario, por televisión, a través de las
películas de cine, de conferenciante, del vecino, del amigo, del
enemigo, en general no existe medio que permanezca ajeno.
Pero
lo más importante, es que el anuncio forma parte del sistema, puede
afirmarse sin temor a error, de que hecho no anunciado es de
cumplimiento imposible, porque en el anuncio está la orden y la forma.
Por lo que a mayor complejidad mayor profusión de anuncios, en atención a
la cantidad de actores participantes. Pero el anuncio no es de
comprensión universal, sino selectivo, por eso se transmite como
metáfora. De mi libro COSMOGONÍA
jueves, julio 26, 2012
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