Siempre me he preguntado, si los monumentos ecuestres representan al caballo o a quienes llevan montados y los sedentes al que se sienta o a la silla del que recibe el po po de las palomas en su cabeza.
Babieca el del Cid, Rocinante el del Quijote, Marengo el de Napoleón, Bucéfalo el de Alejandro el Magno, Genitor el de Julio Cesar, Estrategos el de Anibal, apenas unos pocos mas conocidos de los cientos que pueblan la historia de la humanidad, tan celebres como sus jinetes.
En el tercer viaje el encuentro de Gulliver con un caballo advierte que si bien animales - en su lenguaje Houynhnm, que quiere decir de naturaleza perfecta - son los gobernantes y las deformes criaturas llamadas Yahoos, son seres humanos salvajes.
Los caballos fueron incorporados a América por los españoles y los indígenas de Argentina, tuvieron con ellos una relación filial casi de congénere.
En las fiestas patronales de Villa Giardino, aquí en las inmediaciones, al que asisten grupos de gauchos de toda la región, se incorporan tropillas de caballos sin ensillar como asistentes a la celebración misa al aire libre incluida.
Tal vez fueron los armenios de Yerevan quienes mejor supieron plasmar en las esculturas al caballo no tanto por su mansedumbre como por su bravura e impetuosidad.
Las imágenes corresponden a dos monumentos de la Capital de Armenia
Hoy 6-4-17 encontré este dibujo, ligeramente sesgado pero, con alta dosis de humor, que incorpora otro segmento no considerado que es el los Cawboy norteamericanos y su relación con los caballos que me impone incorporar a la nota.
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